Está más que comprobado que el camino de Santiago es precristiano, que lo que hicieron los cristianos de la época fue inventarse una historia para cambiar la culminación del camino pagano y convertirlo en una peregrinación cristiana. El camino natural termina en "Fisterra" el fin del mundo, el hogar de los Dioses y puerta al "alem", el más allá. os comparto un artículo de "Adiante Galicia" escrito por Xosé Manuel Lema.
El escritor Rafael Lema acaba de publicar en Italia "La vía pagana a Compostela", junto a la escritora y chamana italiana Devana. Esta obra en italiano de la editorial Anguana Edizione de Vicenza será presentada por sus autores en mayo en Milán, Varese y Bodio Lomnago.
El libro recoge un viaje de Compostela a Muxía de los autores y la chamana madrileña Teresa Ramos en 2012, pero Rafael Lema aprovecha para insertar en la crónica del recorrido su estudio de los caminos precristianos que venían del este de Europa a Galicia, los antecedentes de la vía jacobea, lo que el llama "el milenario camino a Finisterre". Y asimismo el escritor estudia como nació el mito jacobeo, la inventio y la translatio, y sus antecedentes. Este tema ya lo exploró el autor en un libro anterior, "El Camino Secreto de Santiago".
Así explica Lema que "aunque el camino jacobeo se basa en una falsificación histórica, en la apropiación de unas leyendas y una ruta precristiana, este libro refuerza el valor y singularidad de Compostela como ombligo de Europa, desde puntos de vista que van mas allá de la religión". Así dice Lema que la obra no es una crítica al actual camino sino una incorporación de nuevas fuentes para su reinterpretación y enriquecimiento, "para que siga deslumbrándonos y engrandeciendo otros mil años".
El autor habla de pueblos del este que caminaron hace varios miles de años al oeste, al Finisterre, en busca de la cuna de sus dioses y mitos. Siguieron la ruta del sol y de la estrella del oeste. Para otros pueblos, conocedores de saberes astrales y con un rico mundo de mitos y divinidades, en el cielo había un espinazo de estrellas que al final de la tierra se hundía en un gran lago. Era el mar occidental, al que partían en naves las almas de los muertos desde promontorios divinizados que entraban en las aguas como grandes monstruos marinos. Mas allá, plus ultra, existían islas fantásticas, a las que mas tarde llamaron el edén, el paraíso. Mitología, lingüística, arqueología, crónicas, y la genética en el estudio del origen de las poblaciones sirven para encontrar el rastro de estos caminantes milenarios.
"Las marchas de los primeros humanos europeos trazaban esta ruta, del este al oeste, a la sombra de la Vía Láctea. Pero las evidencias mas claras apuntan a una flecha que parte de las estepas rusas y ucranianas hacia Galicia. Hace 8.000, hace 4.500 años, y siguieron lanzando oleadas migratorias. Cultura y genes confirman este lazo umbilical durante milenios. Es la ruta de Galitzia a Galicia" indica Lema. Protoindoeuropeos y arios, en dos fases, también salieron hacia el oeste. Al oeste de Iberia se acercaron igualmente pueblos como los celtas nerios en una ver sacrum, primavera sagrada, o gran marcha de peregrinación. El camino gaélico del dios Lugh, de la Oca, terminaba en los finisterres de Bretaña y Galicia. "Porque los citados caminantes milenarios no eran invasores, dejaron su huella genética y su poso cultural, pero su larga ruta guardaba otros objetivos, buscaban la fuente de sus dioses y sus mitos" dice el autor.
Así en el libro de informa de una serie de mitos y tradiciones encadenadas, como que la tan jacobea Vía Láctea se vinculaba con Herakles-Hércules y Hera-Juno en la tradición greco-latina. Pero podía ser un río o un camino para otros pueblos. Para los vikingos era un camino que llevaba al Valhalla, destino de las almas de los muertos; para los celtas la ruta se dirigía al castillo de la reina de las hadas. Los santuarios latinos mas al oeste de Venus, Mitra, Júpiter, Diana, Cibeles, estaban en Galicia; en Lugo e Iria Flavia, el obispado matriz de Compostela. Sobre estas tradiciones y mitos nació el camino romano de la Callis Ianus, que unía Éfeso con Lugo, pasando por Roma. El camino del dios Ianus, el de las dos caras (este y oeste, sol y luna, masculino y femenino, luz y sombra, sol y luna). "Es el ejemplo inmediato sobre el que se trazó una ruta medieval, cristiana, de peregrinación, desde el s. IX, en unas circunstancias históricas de todos conocidas, en el único obispado siempre libre del infiel, en el único reino cristiano que quedaba en lo mas remoto de la Vesperia, en la antigua Hispania romana y goda, ocupada por la invasión musulmana" dice el autor. Un territorio hispano que, recuerda el escritor, ya tenía antecedentes de santuarios cristianos venerados por lejanos peregrinos que venían desde Oriente, como el de Santa Eulalia de Mérida; con su cabildo, culto, relicario, y xenodochium, albergue específico para lejanos viajeros orientales.
Otros pueblos históricos dejaron indicios de una larga peregrinación al Finisterre, mas que una invasión al modo. Los suevos crearon un reino en Galicia a principios del s. V, cuando aun seguía en pie el imperio romano y su emperador. Llegaron con vándalos asdingos, germánicos como ellos, pero también con una tribu aria, los alanos. Entre sus mitos estaba el camino de las estrellas, la ruta al paraíso occidental, y lo siguieron. El autor habla de trabajo interesado del obispado iriense y la monarquía astur en la fábrica del mito, pues ya había en España ya en época sueva y goda reliquias de numerosos santos, apóstoles, entre ellos los dos Iacobus, los hijos del trueno. Cita el autor la importancia del nombre de Iacobus en la linea que vinculaba a la iglesia galaica con la africana, y la escuela de Alejandría, por ello "en la catedral hubo unas reliquias que si no son las de Santiago proceden de la primera iglesia hispana, y eran tenidas como de gran valor, los verdaderos discípulos orientales de Santiago creyeron en ellas". "Cristianos especiales siguieron rutas distintas hasta el Finisterre. Los templarios contaban con su propio Camino de la Oca, y encomiendas en Padrón, Fisterra. El ciclo artúrico de la Materia de Bretaña, o la búsqueda del Grial, igualmente se enlazará con el Camino de Santiago" nos explica el autor.
Autor: *Xosé Manuel Lema.
El escritor Rafael Lema acaba de publicar en Italia "La vía pagana a Compostela", junto a la escritora y chamana italiana Devana. Esta obra en italiano de la editorial Anguana Edizione de Vicenza será presentada por sus autores en mayo en Milán, Varese y Bodio Lomnago.
El libro recoge un viaje de Compostela a Muxía de los autores y la chamana madrileña Teresa Ramos en 2012, pero Rafael Lema aprovecha para insertar en la crónica del recorrido su estudio de los caminos precristianos que venían del este de Europa a Galicia, los antecedentes de la vía jacobea, lo que el llama "el milenario camino a Finisterre". Y asimismo el escritor estudia como nació el mito jacobeo, la inventio y la translatio, y sus antecedentes. Este tema ya lo exploró el autor en un libro anterior, "El Camino Secreto de Santiago".
Así explica Lema que "aunque el camino jacobeo se basa en una falsificación histórica, en la apropiación de unas leyendas y una ruta precristiana, este libro refuerza el valor y singularidad de Compostela como ombligo de Europa, desde puntos de vista que van mas allá de la religión". Así dice Lema que la obra no es una crítica al actual camino sino una incorporación de nuevas fuentes para su reinterpretación y enriquecimiento, "para que siga deslumbrándonos y engrandeciendo otros mil años".
El autor habla de pueblos del este que caminaron hace varios miles de años al oeste, al Finisterre, en busca de la cuna de sus dioses y mitos. Siguieron la ruta del sol y de la estrella del oeste. Para otros pueblos, conocedores de saberes astrales y con un rico mundo de mitos y divinidades, en el cielo había un espinazo de estrellas que al final de la tierra se hundía en un gran lago. Era el mar occidental, al que partían en naves las almas de los muertos desde promontorios divinizados que entraban en las aguas como grandes monstruos marinos. Mas allá, plus ultra, existían islas fantásticas, a las que mas tarde llamaron el edén, el paraíso. Mitología, lingüística, arqueología, crónicas, y la genética en el estudio del origen de las poblaciones sirven para encontrar el rastro de estos caminantes milenarios.
"Las marchas de los primeros humanos europeos trazaban esta ruta, del este al oeste, a la sombra de la Vía Láctea. Pero las evidencias mas claras apuntan a una flecha que parte de las estepas rusas y ucranianas hacia Galicia. Hace 8.000, hace 4.500 años, y siguieron lanzando oleadas migratorias. Cultura y genes confirman este lazo umbilical durante milenios. Es la ruta de Galitzia a Galicia" indica Lema. Protoindoeuropeos y arios, en dos fases, también salieron hacia el oeste. Al oeste de Iberia se acercaron igualmente pueblos como los celtas nerios en una ver sacrum, primavera sagrada, o gran marcha de peregrinación. El camino gaélico del dios Lugh, de la Oca, terminaba en los finisterres de Bretaña y Galicia. "Porque los citados caminantes milenarios no eran invasores, dejaron su huella genética y su poso cultural, pero su larga ruta guardaba otros objetivos, buscaban la fuente de sus dioses y sus mitos" dice el autor.
Así en el libro de informa de una serie de mitos y tradiciones encadenadas, como que la tan jacobea Vía Láctea se vinculaba con Herakles-Hércules y Hera-Juno en la tradición greco-latina. Pero podía ser un río o un camino para otros pueblos. Para los vikingos era un camino que llevaba al Valhalla, destino de las almas de los muertos; para los celtas la ruta se dirigía al castillo de la reina de las hadas. Los santuarios latinos mas al oeste de Venus, Mitra, Júpiter, Diana, Cibeles, estaban en Galicia; en Lugo e Iria Flavia, el obispado matriz de Compostela. Sobre estas tradiciones y mitos nació el camino romano de la Callis Ianus, que unía Éfeso con Lugo, pasando por Roma. El camino del dios Ianus, el de las dos caras (este y oeste, sol y luna, masculino y femenino, luz y sombra, sol y luna). "Es el ejemplo inmediato sobre el que se trazó una ruta medieval, cristiana, de peregrinación, desde el s. IX, en unas circunstancias históricas de todos conocidas, en el único obispado siempre libre del infiel, en el único reino cristiano que quedaba en lo mas remoto de la Vesperia, en la antigua Hispania romana y goda, ocupada por la invasión musulmana" dice el autor. Un territorio hispano que, recuerda el escritor, ya tenía antecedentes de santuarios cristianos venerados por lejanos peregrinos que venían desde Oriente, como el de Santa Eulalia de Mérida; con su cabildo, culto, relicario, y xenodochium, albergue específico para lejanos viajeros orientales.
Otros pueblos históricos dejaron indicios de una larga peregrinación al Finisterre, mas que una invasión al modo. Los suevos crearon un reino en Galicia a principios del s. V, cuando aun seguía en pie el imperio romano y su emperador. Llegaron con vándalos asdingos, germánicos como ellos, pero también con una tribu aria, los alanos. Entre sus mitos estaba el camino de las estrellas, la ruta al paraíso occidental, y lo siguieron. El autor habla de trabajo interesado del obispado iriense y la monarquía astur en la fábrica del mito, pues ya había en España ya en época sueva y goda reliquias de numerosos santos, apóstoles, entre ellos los dos Iacobus, los hijos del trueno. Cita el autor la importancia del nombre de Iacobus en la linea que vinculaba a la iglesia galaica con la africana, y la escuela de Alejandría, por ello "en la catedral hubo unas reliquias que si no son las de Santiago proceden de la primera iglesia hispana, y eran tenidas como de gran valor, los verdaderos discípulos orientales de Santiago creyeron en ellas". "Cristianos especiales siguieron rutas distintas hasta el Finisterre. Los templarios contaban con su propio Camino de la Oca, y encomiendas en Padrón, Fisterra. El ciclo artúrico de la Materia de Bretaña, o la búsqueda del Grial, igualmente se enlazará con el Camino de Santiago" nos explica el autor.
Autor: *Xosé Manuel Lema.
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