La meiga se abre paso como los lobos en el crepúsculo, entre esta realidad y todas las otras, con paso firme y mirada al infinito. Bebemos de cristalinos manantiales y también nos sumergimos en el lodo frío y profundo. Descalzas y con el alma abierta atravesamos tiempos, lugares y realidades. Zeltía La Loba. Copyright©2019
martes, 27 de octubre de 2020
LA CENA MUDA
Durante esta noche tan especial era tradición celebrar la cena muda. La cena muda consiste en dejar una silla vacía con su servicio, comida y bebida para los antepasados que deseen acercarse a la mesa familiar. Tras la cena, la comida y bebida se deja toda la noche sin retirarse y sin tocarse, y el fuego encendido. Por la mañana esa comida se entierra devolviéndola a la tierra. Si queremos ofrendar aquellos ancestros que no han cruzado o que no van a ser invitados, la costumbre y tradición nos dice que debemos lanzar la comida y bebida al fuego, de esta manera llega hasta ellos. Para aquellos espíritus que cruzan pero no hay nadie que los espere, podemos dejarles como ofrendas manzanas y castañas en las ventanas y puertas de casa. También se deja el fuego encendido toda la noche, en el caso de haberlo, y jamás se barre el suelo para no molestar los espíritus familiares. Una tradición prácticamente perdida, es la de dejar luces, ya sean candelas, calabazas, o nabos, en los cruces de caminos, por un lado para proteger y por otro lado para orientar a los espíritus. En la actualidad en Galicia, esta es una tradición que se repite en la época navideña, pero que de origen es una costumbre de “a noite das animas”.
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