EL CONEJO COMO TÓTEM DE LAS MEIGAS
En el pasado, sobre todo en la edad media el conejo se le consideraba uno de los animales favoritos de las brujas, debido a su poder de transformación, su sexualidad, su fertilidad, su rapidez y su capacidad para caminar entre ambos mundos.
Podríamos afirmar que el conejo es uno de los animales totémicos de Iberia, no en vano los romanos llamaron a nuestra península Hispania, que significa tierra de conejos.
Si bien es cierto que el conejo cría prácticamente durante todo el año por su gran capacidad reproductiva, es en primavera cuando siente más vigor sexual y por ende, reproductivo. También es en esta época que muda su pelo, dando fuerza al simbolismo del cambio y la adaptación. Otro de los aspectos del conejo en la cultura popular, es la astucia, la capacidad para vencer a sus enemigos, siendo un animal de presa.
Esto le convierte en uno de los símbolos del equinoccio de primavera, símbolo de sexualidad, fertilidad, deseo, astucia y capacidad de cambio. Es esta fuerza del tótem conejo que nos hace hervir la sangre impulsándonos hacia afuera, a crear, a ponernos en movimiento y zafarnos de los restos de invierno que pudiéramos tener encima.
Una creencia muy antigua y extendida por toda Europa, es la de que la pata de conejo o liebre, trae buena suerte a quién la porte. Una vez más le debemos esta creencia a los Celtas. Ya por el siglo VII antes de la era actual, los celtas ya creían en el poder protector y de buena suerte que poseía el conejo o la liebre. Los conejos viven bajo tierra, en sus madrigueras, esto hacia pensar que estaban en íntimo contacto con los Dioses y entidades del inframundo. Eso convertía al conejo en protectores contra entidades malignas que pudieran surgir del inframundo. Pero a los celtas tampoco se les escapaba el poder del conejo de fertilidad y sexualidad, y de sanación por su vigor. Esta creencia también fue compartida con romanos y griegos. Su piel, sus patas y sus huesos se convertían amuletos, trabajados con formas para llevarlos como pendientes o colgantes. Además, se hacían ungüentos sanadores machacando sus huesos para realizar medicinas que todo lo curaban.
Esto perduró hasta el medievo, que lejos de terminar con estas prácticas, se reforzaron, a pesar de toparse de lleno con la represión de la Iglesia, que intentó convertir estás creencias y costumbres en algo turbio y maléfico. De ahí que se extendiera la creencia de que las brujas se convertían en conejos para viajar sin llamar la atención y solo eran vulnerables a las balas de plata.
Algo de verdad hay en esto, pero obviamente no cambiamos de forma físicamente, si no a través del trance, ya que en la brujería se conservó la creencia y usos del conejo como animal mágico y totémico. Quizás te apetezca honrar a nuestras ancestras y convertirte en conejo el próximo equinoccio.
En Galicia hasta hace muy poco tiempo, aún se conservaba esta creencia y prácticas mágicas respecto al conejo. En las zona de las rías bajas, en Pontevedra, las meigas menciñeiras (sanadoras), tenían por costumbre curar las enfermedades de la piel, sobre to la erisipela, aplicando sangre de conejo sobre la zona a tratar. Obviamente en la actualidad esto está totalmente desaconsejado. Pero esta costumbre nos confirma el poder del conejo como tótem, está vez a través de su sangre joven y vigorosa.
Hasta la actualidad ha perdurado la creencia y costumbre de llevar encima una pata de conejo, te preguntaras por que es mas popular la pata de conejo que cualquier otra parte del conejo, pues por que el pie simboliza la potencia, el poder y la fuerza con las que pisamos en el mundo.
Cómo puedes ver, el símbolo del conejo es totalmente pagano y su origen es mucho más antiguo que la pascua cristiana.
El simbolismo del conejo con el renacimiento es muy anterior a la asociación moderna y forzada del cristianismo, es una asociación de vida, muerte y renacimiento en muchas culturas y partes del mundo.
Acude al conejo para trabajos de renacimiento, cambio de forma y transformación, para fertilidad, creatividad, productividad, planificación e ingenio. Y no olvides poner en tu altar una representación del conejo.
Zeltía La Loba.Copyright©
En el pasado, sobre todo en la edad media el conejo se le consideraba uno de los animales favoritos de las brujas, debido a su poder de transformación, su sexualidad, su fertilidad, su rapidez y su capacidad para caminar entre ambos mundos.
Podríamos afirmar que el conejo es uno de los animales totémicos de Iberia, no en vano los romanos llamaron a nuestra península Hispania, que significa tierra de conejos.
Si bien es cierto que el conejo cría prácticamente durante todo el año por su gran capacidad reproductiva, es en primavera cuando siente más vigor sexual y por ende, reproductivo. También es en esta época que muda su pelo, dando fuerza al simbolismo del cambio y la adaptación. Otro de los aspectos del conejo en la cultura popular, es la astucia, la capacidad para vencer a sus enemigos, siendo un animal de presa.
Esto le convierte en uno de los símbolos del equinoccio de primavera, símbolo de sexualidad, fertilidad, deseo, astucia y capacidad de cambio. Es esta fuerza del tótem conejo que nos hace hervir la sangre impulsándonos hacia afuera, a crear, a ponernos en movimiento y zafarnos de los restos de invierno que pudiéramos tener encima.
Una creencia muy antigua y extendida por toda Europa, es la de que la pata de conejo o liebre, trae buena suerte a quién la porte. Una vez más le debemos esta creencia a los Celtas. Ya por el siglo VII antes de la era actual, los celtas ya creían en el poder protector y de buena suerte que poseía el conejo o la liebre. Los conejos viven bajo tierra, en sus madrigueras, esto hacia pensar que estaban en íntimo contacto con los Dioses y entidades del inframundo. Eso convertía al conejo en protectores contra entidades malignas que pudieran surgir del inframundo. Pero a los celtas tampoco se les escapaba el poder del conejo de fertilidad y sexualidad, y de sanación por su vigor. Esta creencia también fue compartida con romanos y griegos. Su piel, sus patas y sus huesos se convertían amuletos, trabajados con formas para llevarlos como pendientes o colgantes. Además, se hacían ungüentos sanadores machacando sus huesos para realizar medicinas que todo lo curaban.
Esto perduró hasta el medievo, que lejos de terminar con estas prácticas, se reforzaron, a pesar de toparse de lleno con la represión de la Iglesia, que intentó convertir estás creencias y costumbres en algo turbio y maléfico. De ahí que se extendiera la creencia de que las brujas se convertían en conejos para viajar sin llamar la atención y solo eran vulnerables a las balas de plata.
Algo de verdad hay en esto, pero obviamente no cambiamos de forma físicamente, si no a través del trance, ya que en la brujería se conservó la creencia y usos del conejo como animal mágico y totémico. Quizás te apetezca honrar a nuestras ancestras y convertirte en conejo el próximo equinoccio.
En Galicia hasta hace muy poco tiempo, aún se conservaba esta creencia y prácticas mágicas respecto al conejo. En las zona de las rías bajas, en Pontevedra, las meigas menciñeiras (sanadoras), tenían por costumbre curar las enfermedades de la piel, sobre to la erisipela, aplicando sangre de conejo sobre la zona a tratar. Obviamente en la actualidad esto está totalmente desaconsejado. Pero esta costumbre nos confirma el poder del conejo como tótem, está vez a través de su sangre joven y vigorosa.
Hasta la actualidad ha perdurado la creencia y costumbre de llevar encima una pata de conejo, te preguntaras por que es mas popular la pata de conejo que cualquier otra parte del conejo, pues por que el pie simboliza la potencia, el poder y la fuerza con las que pisamos en el mundo.
Cómo puedes ver, el símbolo del conejo es totalmente pagano y su origen es mucho más antiguo que la pascua cristiana.
El simbolismo del conejo con el renacimiento es muy anterior a la asociación moderna y forzada del cristianismo, es una asociación de vida, muerte y renacimiento en muchas culturas y partes del mundo.
Acude al conejo para trabajos de renacimiento, cambio de forma y transformación, para fertilidad, creatividad, productividad, planificación e ingenio. Y no olvides poner en tu altar una representación del conejo.
Zeltía La Loba.Copyright©
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