Ser meiga es más que lanzar hechizos, no es para aficionad@s, ni un pasatiempo de fin de semana. La meiga camina por senderos a veces poco agradables, a veces ocultos, a veces dichosos, a veces ingratos...Implica compromiso y responsabilidad, contigo mism@, con la naturaleza, con el equilibrio, con la tierra, con los mundos...y también con la comunidad, por que a pesar de las críticas que a veces recibimos, ahora y siempre hemos formado parte de la sociedad, como dice un viejo dicho: a nosotr@s piden ayuda en la noche para negarnos de día. Las meigas seguimos vivas en el siglo 21, y no somos seres mitológicos gallegos, somo mujeres conectadas a las raíces mas atávicas.
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