HUEVOS MÁGICOS Y EL EQUINOCCIO DE PRIMAVERA, A SEMENTEIRA (OSTARA)
Tras el equinoccio de primavera, la luz y el calor vuelven a reinar en la Tierra, regalándonos una explosión de luz, colores y calidez. Y es el huevo uno de los anunciantes del cambio en la naturaleza, indicándonos la llegada de esa luz y calor. Los huevos son otro de los símbolos primaverales extendidos por todo el mundo. El huevo es símbolo de vida, del renacer, del sol, del nuevo comienzo espiritual y físico, su forma sin principio ni fin nos habla del ciclo infinito de la existencia, en resumen de fertilidad y nueva vida. Es también, símbolo del universo, como el huevo “cósmico” contiene un equilibrio femenino, masculino, claro y oscuro, en la yema y la clara del huevo. El orbe dorado de la yema representa el principio masculino envuelvo por el velo blando del principio femenino. Equilibrio perfecto, por lo que es particularmente apropiado para el equinoccio de primavera, cuando todo está en equilibrio por un solo momento, aunque la energía subyacente es de crecimiento y expansión.
En la antigüedad, tras el duro y largo invierno, cuando apenas quedaban provisiones, regresaban las aves desde el sur y empezaban a abundar los huevos, también las gallinas caseras volvían a poner huevos con más frecuencia en esta época de primavera/verano. Esto significaba nuevo alimento para aguantar hasta que la siembra diera fruto y se pudiera volver a cazar. Ya en tiempos de romanos en la península ibérica, usaban huevos como ofrenda, siempre dentro de jarras orientadas hacia el norte, por ende, ofrendas a los difuntos y a la muerte, una forma de rendir culto a los ancestros, pero también de recordar que la muerte no existe pues estamos dentro de la eterna espiral del espíritu.
A partir de estas asociaciones, los huevos están imbuidos en todo tipo de cualidades mágicas. Desde la antiquísima ovomancia, con orígenes europeos, hasta el uso del huevo como protección en las noches de equinoccio primaveral y del solsticio de verano.
La cultura celta en la antigüedad a menudo teñían los huevos de rojo para simbolizar el ciclo de la menstruación. Mientras se mueren los óvulos, las mujeres y los niños pensarían detenidamente en sus esperanzas y deseos. Después enterraban los huevos junto a una planta en la tierra fértil para sostenerla y para nutrirla en su crecimiento. A medida que la planta crecía, la esperanza y el deseo puestos en él también echaba raíces y se consolidaba la petición. La costumbre anglosajona de que los niños busquen huevos, viene de esta tradición celta. Cuando el cristianismo llegó a las islas del norte, no aprobó esta práctica pagana, y alentaban a los niños a buscar y desenterrar los huevos. Cuando los niños los llevaban a la iglesia, el clero les pagaba una pequeña ficha por cada huevo recolectado, y de ahí nació la búsqueda de los huevos de Pascua. Cómo pagana, jamás desentierro los huevos, pues cada uno que decoramos en casa, lo cargamos con un deseo, y se planta junto a semillas para que nuestro deseo se vincule a la planta. Si la planta prospera, también lo hará nuestro deseos. Pero de momento los nuestros huevos mágicos, presiden el salón, esperando la llegada de la primavera.
PINTAR HUEVOS DE PRIMAVERA
Hay muchas formas de pintar y decorar huevos, pero a nosotras nos interesa poder enterrarlos después, como marcan las tradiciones celtas europeas. Puedes pintarlos con ellos en crudo, vaciarlos o cocerlos, con cuidado de que no se rompa el cascarón. Yo os recomiendo cocerlos, sobre todo si vais a decorarlos en familia, con los más pequeños de la casa.
Cuando vemos imágenes de decoración de huevos, casi siempre vemos huevos blancos, en la actualidad, al menos en Galicia, es bastante difícil encontrar huevos blancos en las tiendas, predominan los huevos rubios o morenos. Esto no importa demasiado, pues los vas a pintar, y si quieres huevos blancos puedes pintarlos de blanco.
Algo sumamente importante, las pinturas que uses deben ser biodegradables, no pueden ser otro tipo de pinturas, puedes si lo haces con pinturas al uso, puedes envenenar las semillas y la tierra y tu planta no prosperará. Las pinturas biodegradables puedes encontrarlas en tiendas especializadas, tanto en tiendas físicas como virtuales. Una buena opción, si no puedes comprarlas, es usar colorantes alimenticios. La forma de teñirlos es muy sencilla, hierbe agua suficiente para que cubra un huevo, cuando hierba, apaga el fuego y añade la cantidad de colorante que te guste, introduces el huevo unos minutos y ya estará tintado. También puedes hacer estampaciones naturales, este año no me ha dado tiempo, pero lo tengo pendiente para el próximo año. Cogemos vegetales que contengan tintura natural potente, como puede ser la lombarda, la remolacha, cebolla morada, raíz de diente de león, moras, cerezas, fresas, frambuesas, pimiento rojo, pimentón, arándanos, azafrán, cúrcuma, cualquier té: negro, rojo, verde, también cafés. Todo depende de tus gustos.
Basta con poner a cocer el huevo con uno de esos tintes, y cogerá el color. Prometo hacer un tutorial el próximo año.
HECHIZAR LOS HUEVOS
Después de tintar cada uno de los huevos, puedes usar la correspondencias del color para cargar con tu deseo cada uno de los huevos.
Coge un huevo y piensa en una palabra clave para tu buen deseo, por ejemplo: sanación. Sostén tu huevo con las manos, siente como con el calor de tus manos se carga tu deseo en el huevo. Después escribe la palabra en la cáscara. Ya puedes dejar el huevo sobre el altar o en la decoración de primavera de tu casa. Así uno por uno. Cuando estén todos listos pon tu mano diestra sobre los huevos para consagrarlos con el siguiente encanto:
“En el nombre de los cuatro elementos, tierra, aire, fuego y agua, que su fuerza y poder consagren estos huevos como símbolo de plenitud primaveral. Así sea, así es y así será.”
*Animaros a compartir fotos de vuestros huevos hechizados. En un par de días compartiré cómo realizar el ritual de plantarlos. La foto que veis es la que hemos hecho hoy Ainé y yo.
Zeltía La Loba.Copyright©
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