El perfume de tus rincones rebosando mis entrañas,
tus brazos invadiéndome el alma,
tu boca abierta y muda regalándome tu sonrisa,
lo que queda de ti cuando tu lengua
se derrama sobre mi corazón,
el flanco de tu ánima sosteniéndome
en la travesía de tus paraísos,
bajo la insoportable quemadura de un suspiro.
No, no puedo prescindir de ti,
no puedo desterrarte sin caer en tu cuerpo
y sentir el cálido resplendor
con el que iluminas todas mis negruras.
tus brazos invadiéndome el alma,
tu boca abierta y muda regalándome tu sonrisa,
lo que queda de ti cuando tu lengua
se derrama sobre mi corazón,
el flanco de tu ánima sosteniéndome
en la travesía de tus paraísos,
bajo la insoportable quemadura de un suspiro.
No, no puedo prescindir de ti,
no puedo desterrarte sin caer en tu cuerpo
y sentir el cálido resplendor
con el que iluminas todas mis negruras.
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